La calma

Tras la tormenta
la calma se volvió naufragio
nadie habla de brazos entumidos
de mujeres rotas flotando a la deriva
de orillas que se esfuman
de espejismos que desvanece el alba.


Tras la tormenta
se abre un océano de calma emancipada
pero aún habrá que rehacer los mástiles
recuperar los sueños cercenados
salvar el corazón en lo posible.

La calma
es una conquista silenciosa
de lágrimas sorbidas en la noche
de alas rotas curadas con el viento
de silencios convertidos en poesía
de playas a las que sólo algunas llegan.


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