Mi identidad inventada

Hubo quien, un día, imaginó una nación sin ataduras pero cuando miró de cerca, pensó que para que su sueño se volviera cierto, tenía primero que haber una nación. Así, desafiando lo racional, las lecciones de historia, el predecible paso de los tiempos, decidió que un país también se podía inventar, que no había cosa que una pluma no pudiera crear y así decidió pintar y escribir un país de rostros y voces inventados.

Este país surgió de la palabra...  En el principio, fue el verbo, después la imaginación. De la teoría de los criollos, de sus charlas de café, de sus viajes por el Viejo Mundo, se infectó la pluma y así, a través de las letras en los diarios, de cruentas batallas ideológicas surgió la nación mexicana, de la imaginación fecunda de estos artistas, el arte idílico, las películas creadoras de conciencia, las novelas inspiradoras de corazones. México, poco a poco comenzó a parecerse al sueño que habían soñado. Poco a poco el arte, la música, las letras, nos dieron rostro, voz, carácter e identidad. 

Hubo una vez un país imaginado y mil voces que le dieron forma. México surgió de la ficción, desafiando las leyes de la historia porque los hombres y mujeres del siglo XIX un día decidieron que a falta de una historia que alimentara sus maltrechos egos, habría que inventarla. Nuestra patria, surgió de la palabra, de la imaginación política y poética, nuestra identidad es una identidad de voces surgidas a partir de la ficción poética, habría que aprender a escuchar ahora a los que verdaderamente construyen nuestra historia, si en el principio creamos realidades, ha llegado el tiempo de quitarnos la venda y ver al fin, la tierra que poblamos.

Comentarios

Entradas populares