La ceremonia del adiós


Josefina Ocaranza Larios
A mi abuelita a 9 años de su muerte



La ceremonia del adiós
Yolanda Gudiño Cicero 
La ceremonia del adiós o
¿cómo llamar a este hueco
por el que el olvido se nos cuela dentro
erosionando el alma?

La mía inició solemne
bañada en el llanto y el recuerdo
de riguroso luto,
de gala y protocolo.

Cuando la tristeza echa raíces
la ceremonia del adiós se desdibuja
no hay protocolo, ni arrullo, ni programa
la ceremonia se fusiona en la rutina
y el adiós se vuelve un hábito perenne.

Hay un adiós en cada madrugada
y un abandono en cada nuevo día.
El silencio se vuelve una coraza
para salvar el alma en la partida
de tantos que caminan
buscando nuevos rumbos
asidos de la mano de la muerte
o de algún sueño juvenil de independencia.

Lo único que no calla es esta pluma
por ella sé que no he partido.

La ceremonia del adiós
que al fin me pertenezca
será un septiembre taciturno
me alejaré en silencio
para buscar más letras
en plumas nuevas.

Los tres caminaremos tras la muerte
mientras septiembre nos mira con sigilo
igual que este septiembre cabizbajo
hoy los mira y me devuelve su silencio
en la inútil rutina del adiós.

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